Vives y funcionas con un mecanismo de concha protectora ligada a la falta de confianza que te habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación fuera de lo común. Los resplandores que produces son los estallidos de tus propias fisuras. Eres capaz de proyectarlos... pero en cuanto el estallido pasa, pierdes el equilibrio. Aún no he descubierto que engranaje tienes roto... El código de acceso a tu corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como una piedra... por mucho que pruebe mil combinaciones en forma de caricas y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de tu misterio. Sin embargo ¡me gusta tanto hacer crujir esa concha!. Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse... ver los hoyuelos que se forman en la comisura de tu boca y que parecen decir ¡Sopla!... el sistema de protección volando en dulces pedazos... y en cuanto se vuelve a cerrar me quedo completamente vacía...
Pero las estrellas fugaces no se pueden domesticar...
Hoy siento: que el silencio va a reventar la membrana de mi corazón
Suena: todavía una canción de amor... los rodriguez (que no salgo a buscarte porque sé....)
Frase: Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos… Joaquín Sabina
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2 comentarios:
y que bueno que no se puedan domesticar
:)
ni domesticar... ni enjaular... :-)
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