Hay muchas clases de soledad, pero Momo vivía una que muy pocos hombres conocen, y menos con tanta fuerza.Le parecía estar encerrada en una caverna rodeada de riquezas incontables que se hacían cada vez más y mayores y amenazaban asfixiarla. Y no había salida. Nadie podía llegar hasta ella y ella no se podía hacer notar a nadie, tan aplastada estaba bajo una montaña de tiempo.Incluso llegaron horas en que deseaba no haber oído nunca la música ni haber visto los colores. No obstante, si la hubiesen dado a elegir, no habría renunciado a ese recuerdo por nada del mundo. Aunque se hubiera muerto por ello. Pues eso era lo que vivía ahora: que hay riquezas que lo matan a uno si no puede compartirlas.
“Momo... Michael Ende”
Hoy siento: que todo está revuelto y yo patas arriba... mirando el suelo sobre mi cabeza y las estrellas bajo mis pies...
Suena: send me an angel... scorpions (seek the roses along the way… just beware of the thorns…)
Frase: La mujer y el libro que han de influir en una vida, llegan a las manos sin buscarlos. Enrique Jardiel Poncela
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