muchas veces... demasiadas veces... por mil motivos... el ser humano se hunde... y cuando parece que llega al fondo... su cuerpo se vuelve como de corcho... obedece a arquímedes... y sube hasta la superficie... la velocidad de subida solo depende de cuanto lastre puedes quitarte... pero el corcho siempre... sale a flote...


Sed bienvenidos a mi humilde mundo....

viernes, 25 de febrero de 2011

momo...


Hay muchas clases de soledad, pero Momo vivía una que muy pocos hombres conocen, y menos con tanta fuerza.
Le parecía estar encerrada en una caverna rodeada de riquezas incontables que se hacían cada vez más y mayores y amenazaban asfixiarla. Y no había salida. Nadie podía llegar hasta ella y ella no se podía hacer notar a nadie, tan aplastada estaba bajo una montaña de tiempo.
Incluso llegaron horas en que deseaba no haber oído nunca la música ni haber visto los colores. No obstante, si la hubiesen dado a elegir, no habría renunciado a ese recuerdo por nada del mundo. Aunque se hubiera muerto por ello. Pues eso era lo que vivía ahora: que hay riquezas que lo matan a uno si no puede compartirlas.

“Momo... Michael Ende”

Hoy siento: que todo está revuelto y yo patas arriba... mirando el suelo sobre mi cabeza y las estrellas bajo mis pies...
Suena: send me an angel... scorpions (seek the roses along the way… just beware of the thorns…)



Frase: La mujer y el libro que han de influir en una vida, llegan a las manos sin buscarlos. Enrique Jardiel Poncela
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